domingo, 7 de diciembre de 2014

Oscuro futuro electoral del Partido Popular



En sus horas más bajas, el Partido Popular fía sus posibilidades de recuperación a la de la economía en los próximos meses, cuya primera prueba de fuego es la campaña de navidad que ahora comienza, y en la que de las previsibles mejoras de las ventas van a querer deducir unas mejores expectativas de futuro y, con ellas, con toda seguridad, el anticipo de una recuperación de la confianza y con ésta de sus, hoy por hoy, poco prometedoras expectativas electorales.

Sin embargo como dicen que dijo aquél: “lo que no puede ser no puede ser…” y el resto ya saben como sigue.

Por mucho que la ciudadanía quiera estirarse sencillamente no puede, y en la medida en que lo haga será con toda seguridad insuficiente. 

Los salarios se han reducido en los últimos años. En el caso de los funcionarios en más de un cinco por ciento en los últimos cinco años, un porcentaje superior si descontamos la inflación.

Y si esto ocurre con los funcionarios, en el sector privado la reducción es aun mayor, con el añadido de que existen casi tres millones de trabajadores menos.

Es decir, menos dinero para gastar en los bolsillos y menos tarjetas de crédito.

Salvo que se crea en los milagros que nadie espere una campaña navideña espectacular. Tal vez mejore la del año anterior, pero en modo alguno reactivará la economía más que unas insignificantes décimas.

Si a lo anterior añadimos que las exportaciones se estancan ya me dirán de dónde puede venir el crecimiento.

Lo que se ve al fondo del túnel no es más que el brillo tenue de una linterna.

La política de austeridad tiene sus consecuencias, y quienes la aplican llevan en el pecado la penitencia.

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