Estimado lector:
En el día del libro vaya por delante mi enorme gratitud porque hayas decidido leerme; de verdad que celebro la insólita conjunción que nos ha puesto en contacto. Comprenderás, querido lector, que me sorprenda porque, entre tantas novelas a tu alcance, por alguna razón que desconozco la mía ha conseguido interesarte; no me digas que no es casi un milagro. Y es que no sólo te has detenido a ojearla y leer un par de párrafos, has decidido a comprarla y, sobre todo, y esto es lo que más aprecio de tu gesto, a dedicarle parte de tu tiempo, el que emplearás en leerla, que éste sí que tiene un valor incalculable.
Sobre todo deseo que la disfrutes, que mis historias te transporten a otras realidades y te emocionen o evadan de los problemas cotidianos; si logro hacerte aunque sólo sea un poco más feliz de lo que eres me sentiré satisfecho; en ese empeño he puesto mi esfuerzo y el poco talento que me ha tocado en suerte. En confianza quiero contarte un secreto: aunque tú los leas de corrido, y sería buena señal que así lo hicieras, debes saber que cada sustantivo y cada verbo, cada punto y cada coma, y cada frase o pensamiento más o menos afortunado, es consecuencia de una decisión premeditada y muchas veces arriesgada y adoptada tras desechar otras que también me sedujeron; nada es azar ni inercia en el relato, todo es apuesta y deseo, precisamente el deseo de que disfrutes al leerlo; otra cosa es que lo haya logrado, así lo espero y ahí estás tú para juzgarlo.
Y nada más, solo quería saludarte y felicitarte hoy que es tu día y es el nuestro, el de todos los que amamos los libros. No te voy a quitar más tiempo aunque sí te ofrezco el mío, el que dedico a mi próxima novela, con la que ojalá algún día puedas llegar a encontrarte.
PD. Si quieres o estimas especialmente a alguien nunca dudes que un buen libro es un gran regalo.
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