sábado, 1 de febrero de 2014

Los 22 consejos de Joël Dicker para escribir una novela

En un post anterior reseñaba La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker, y adelantaba que al inicio de cada capítulo, a través de un breve diálogo entre los protagonistas, el libro recoge una serie de consejos que no vendrá mal tener presentes si se piensa escribir una novela.

Ligeramente editados, aunque preservando su sentido original, son los siguientes: 

1º.- "El primer capítulo es esencial. Si a los lectores no les gusta, no leerán el resto del libro."

2º.- "El capítulo 2 es muy importante. Debe ser incisivo, contundente.
       - ¿Como qué?
      - Como cuando boxea. Es usted diestro, pero en posición de defensa es siembre su puno izquierdo el que está adelantado: el primer directo aturde a su adversario, seguido de un poderoso gancho de derecha que lo tumba. Eso es lo que debería ser el capítulo 2: un derechazo a la mandíbula de los lectores."

3º.- "Si tuviera que quedarme con una sola de todas sus lecciones, ¿cuál sería?
       - Le devuelvo la pregunta.
       - Para mí sería la importancia de caer.
      - Estoy completamente de acuerdo con usted. La vida es una larga caída. Lo más importante es saber caer."

4º.- "Si los escritores son seres tan frágiles es porque pueden conocer dos clases de dolor afectivo, es decir, el doble que los seres humanos normales: las penas de amor y las penas de libro. Escribir un libro es como amar a alguien: puede ser muy doloroso."

5º.- "En el fondo, ¿cómo se convierte uno en escritor?
      - No renunciando nunca. Mire, la libertad, el deseo de libertad es una guerra en sí mismo. Vivimos en una sociedad de empleados de oficina resignados y, para salir de esa trampa, hay que luchar a la vez contra uno mismo y contra el mundo entero. La libertad es un combate continuo del que somos poco conscientes. No me resignaré nunca."

6º.- "Póngase en guardia.
       - ¿En guardia?
       - Sí. ¡Vamos! Levante los puños, separe las piernas, prepárese para el combate. ¿Qué siente?
       - Me... me siento dispuesto a todo.
      - Muy bien. ¿ve? Escribir y boxear se parecen tanto... Uno se pone en guardia, decide lanzarse a la batalla, levanta los puños y se enfrenta al adversario. Con un libro es más o menos lo mismo. Un libro es una batalla."

7º.- "¿Y los personajes? ¿En quien se inspira para los personajes?
      - En todo el mundo. Un amigo, la mujer de la limpieza, el empleado de la ventanilla del banco. Pero cuidado: no son las personas mismas las que inspiran, sino sus acciones. Su forma de actuar es lo que hace pensar que podrían ser personajes de una novela. Los escritores que dicen que no se inspiran en nadie mienten, pero hacen bien en hacerlo: así se ahorran un montón de problemas.
       - ¿Y eso?
      - El privilegio del escritor es que puede ajustar cuentas con sus semejantes gracias a su libro. La única regla es no citarlos directamente. Nunca por su nombre: es una puerta abierta a denuncias y tormentos. ¿En qué número de la lista estamos?
      - El 7.
      - Entonces será el 7: no escrba más que ficción. El resto sólo le traerá problemas."

8º.- "Los escritores que se pasan la noche escribiendo, enfermos de cafeína y fumando tabaco de liar, son un mito. Debe ser disciplinado. Hay horarios que respetar, ejercicios que repetir. Conservar el ritmo, ser tenaz y respetar un orden impecable en sus asuntos: esos son los tres cancerberos que le protegerán del peor enemigo de los escritores.
       - ¿Quién es ese enemigo?
       - El plazo. ¿sabe lo que implica un plazo?
       - No.
      - Quiere decir que su cerebro, en esencia caprichoso, debe producir en un lapso de tiempo fijado por otro. Exactamente como si fuese un recadero y su jefe le exige estar en tal sitio a tal hora precisa. No puede llegar tarde, porque si no, está usted acabado. Pasará lo mismo con los plazos que le imponga su editor. Su editor es a la vez su mujer y su jefe: sin él no es nada, pero no podrá evitar odiarlo. Sobre todo, respete los plazos. Pero si puede permitirse el lujo, sálteselos. Es mucho más divertido."

9º.- "Debe usted preparar sus textos como quien prepara un combate de boxeo. Los días precedentes a la velada conviene entrenarse a un setenta por ciento del máximo, para dejar hervir y crecer dentro de uno mismo esa rabia que debe explotar la noche del combate.
       - ¿Qué quiere decir eso?
     - Que cuando tenga una idea, en lugar de convertirla inmediatamente en uno de esos ilegibles cuentos que publica en la revista que dirige, debe guardarla en lo más profundo de sí mismo y dejarla madurar. Debe impedir que salga, debe dejarla crecer en su interior hasta que sienta que ha llegado el momento."

10º.- "¿Cuánto tiempo se necesita para escribir un libro?
         - Depende.
         - ¿Depende de qué?
         - De todo."

11º.- "¿Cuál es su opinión?
         - No está mal. Pero creo que les da demasiada importancia a las palabras.
         - ¿Las palabras? Pero, cuando se escribe, son importantes, ¿no?
         - Sí y no. El sentido de la palabra es más importante que la palabra en sí.
         - ¿Qué quiere decir?
         - Bueno, una palabra es una palabra y las palabras son de todos. Basta con abrir un diccionario y elegir una. Es en ese momento cuando se vuelve interesante: ¿será usted capaz de dar a esa palabra un sentido particular?
         - ¿Como cuál?
        - Coja una palabra y repítala en uno de sus libros, en todas partes. Cojamos una palabra al azar: gaviota. La gente empezará a decir cuando hable de usted: "Ya sabes, el tipo que habla de gaviotas" Y después, llegará un momento en que, al ver gaviotas, la gente empezará a pensar en usted. Se fijarán en esos estridentes pájaros y se dirán: "Me pregunto qué es lo que ha podido ver en ellos". Y después empezarán a asimilar las gaviotas con usted. Y cada vez que vean gaviotas, pensarán en su libro y en toda su obra. Ya no verán esos pájaros de la misma forma. Sólo en ese instante estará usted escribiendo algo. Las palabras son de todos, hasta que uno demuestra que es capaz de apropiarse de ellas. Eso es lo que define a un escritor. Y ya verá, algunos querrán hacerle creer que un libro tiene relación con las palabras, pero es falso. Se trata de una relación con la gente.".

12.- "El peligro de los libros es que a veces se puede perder el control. Publicar significa que lo que ha escrito usted en compañía de la soledad se escapa de pronto de sus manos y desaparece entre la gente. Es un momento muy peligroso: debe usted conservar el control de la situación en todo momento. Perder el control de su libro es catastrófico."

13.- "Aprenda a amar sus derrotas, pues son las que le construirán. Son sus derrotas las que darán sabor a sus victorias."

14.- "Cómo se transmiten emociones que no se han vivido?
     - Ése es precisamente su trabajo como escritor. Escribir significa que es usted capaz de sentir mejor que los demás y transmitirlo después. Escribir es permitir a sus lectores ver lo que a veces no pueden ver. Si sólo los huérfanos contasen historias de huérfanos, no llegaríamos a ninguna parte. Y si todos los escritores debieran limitarse a sí mismos, la literatura sería espantosamente triste y perdería todo su sentido. Tenemos derecho a hablar de todo, de todo lo que nos conmueve. Y no existe nadie que pueda juzgarnos por eso. Somos escritores porque hacemos diferente una cosa que todo el mundo a nuestro alrededor sabe hacer: escribir. Ahí reside todo nuestro ingenio."

15º.- "No escriba para que le lean: escriba para ser escuchado."

16º.- "Quien arriesga gana. Piense en este lema cada vez que se enfrente a una elección difícil. Quien arriesga gana."

17º.- "Un nuevo libro es una nueva vida que empieza. Es también un momento de gran altruísmo: ofrece usted, a quien quiera descubrirla, una parte de sí mismo. Algunos le adorarán, otros le odiarán. Algunos le convertirán en una estrella otros le despreciarán. Algunos se sentirán celosos, otros interesados. No es para ellos para quien escribe usted. Sino para todos los que, en su vida diaria, habrán pasado un buen momento leyéndole. Me dirá usted que no es gran cosa, y sin embargo, no está nada mal. Algunos escritores quieren cambiar el mundo. Pero ¿quién puede realmente cambiar el mundo?

18º.- "Cuando llegue al final del libro, ofrezca a sus lectores un giro argumental de último minuto.
         - ¿Por qué?
       - ¿Por qué? Porque hay que tener al lector en vilo hasta el último momento. Es como cuando juega a las cartas: debe guardar algunos triunfos para el final."

19º.- "Su vida estará salpicada de grandes acontecimientos. Menciónelos en sus libros. Porque si al final se revelan nefastos, al menos tendrán el mérito de marcar algunas páginas de la historia."

20º.- "A veces le vencerá el desaliento. Es normal. Le decía que escribir es como boxear, pero también es como correr. Por eso me paso el día mandándole a la calle: si tiene la fuerza moral para realizar carreras largas, bajo la lluvia, con frío, si tiene la fuerza de terminar, de poner en ello toda su fortaleza, todo su corazón, y llegar hasta el final, entonces será capaz de escribir. No deje nunca que se lo impida el cansancio o el miedo. Al contrario, utilícelos para avanzar."

21º.- "El último capitulo de un libro siempre debe ser el más hermoso."

22º.- " Un buen libro no se mide por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un instante, sólo debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro es un libro que uno se arrepiente de terminar."






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