martes, 29 de octubre de 2013

Los conquistadores, de André Malraux


 Los conquistadores nos traslada a los prolegómenos de la revolución china, en las primeras décadas del pasado siglo, cuando estalla la rebelión nacionalista frente a las dominación colonial británica y francesa.

La novela se organiza como un diario personal en el que el narrador va anotando los sucesos que se van precipitando: la huelga general en Cantón y posteriormente en Hong Kong, la reacción desconcertada e impotente de las potencias europeas, las acciones del terrorismo anarquista y el comienzo de las primeras escaramuzas armadas.

En un entorno de incertidumbre y violencia, un agente a sueldo de Moscú contacta con Garín, responsable de propaganda que la Internacional comunista ha destacado en la zona, con el que se adentra en el complejo escenario de la revolución en ciernes.

Trufada de excelentes pasajes literarios, Los conquistadores combina la intriga novelesca con profundas reflexiones políticas y filosóficas. Como epílogo, la edición que ha caído en mis manos incluye una conferencia de Malraux dictada dos décadas después de que escribiese la novela. En su discurso, el intelectual francés reprocha la inhibición de Europa en la conformación del orden internacional fraguado en aquel momento, monopolizado por los Estados Unidos y la Rusia soviética.

Leída con la perspectiva que nos da el tiempo, Los conquistadores se revela como una excelente novela histórica, con el interés añadido de ser coetánea al momento en que acontecieron los hechos.

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